BMW 116i
Motor: gasolina de 4 cilindros en línea
Potencia máx: 136 CV a 4.400 rpm
Par máx: 220 Nm de 1.350 a 4.000 rpm
Cilindrada: 1.598 cc
Velocidad máx: 210 km/h
Tracción: Trasera
Consumos homologados: 7,1 / 4,6 / 5,5 litros
Capacidad maletero: de 360 a 1.200 litros
Dimensiones: 4,32 x 1,76 x 1,42 m.
Peso en vacío: 1.290 kg.
Combustible: Gasolina
Precio: De 26.600 euros Aunque hay una versión aún más económica, este 116i es el primer acceso razonable a la gama de fabricante bávaro, que ofrece la deportividad propia de la marca, pese a su motor de potencia algo justa pero brillante por su funcionamiento. Un concentrado de BMW que se puede comprar por 26.600 euros en esta variante de cinco puertas.
La palabra deportividad es sin duda la clave de la marca alemana BMW y todos y cada uno de sus modelos ofrecen deportividad en su comportamiento en carretera, en sus suspensiones, en el manejo del cambio o de la dirección, en la posición al volante. Y esta versión 116i, con motor de gasolina de 136 caballos, es el primer escalón de la gama por su deportividad aunque hay una versión por debajo, el 114i de 102 CV, que creo que se queda ya fuera de la filosofía de la marca por su potencia demasiado limitada.
Pero el 116i es un coche más de BMW. La persona que se va a sentar al volante, nada más abrir el coche ya comprueba que se trata, de verdad, de un BMW. La posición al volante, con el asiento muy bajo y un acceso por ello un poco complicado, sobre todo para personas mayores o con poca movilidad. El cuadro de instrumentos es el mismo que emplea el resto de la gama de la Serie 1 y muy similar al de toda la gama BMW. Un cuadro con mucha información y muy profesional, por definirlo de alguna forma.
Nuestra unidad de pruebas no incorporaba navegador, pero por lo demás la pantalla central y su mando situado junto a la palanca de cambios, y el resto de elementos estéticos del habitáculo son iguales a los empleados en el resto de la gama.
Es decir, que se trata de un modelo más de BMW con todo lo que hace diferente a cualquier vehículo con el escudo blanco y azul en el frontal frente a sus rivales más directos del segmento Premium, los Mercedes Clase A, Audi A3 o Volvo V40.
La posición al volante es la primera prueba de que se trata de un coche de enfoque deportivo, con esa posición muy baja de conducción. La persona que se sienta al volante tiene sensaciones muy marcadas de lo que ocurre en todo momento en el asfalto.
Un tacto de dirección bastante duro, preciso y que transmite muchas sensaciones a su conductor, aunque por supuesto no tiene las florituras que ofrecen sus hermanos más potentes, como la dirección de dureza variable en función de la velocidad. Otro aspecto muy positivo del BMW 116 es el tacto de su caja de cambios. Nuestra unidad de pruebas incorporaba el cambio manual, por supuesto de seis relaciones. Un buen escalonamiento entre marchas, con una tercera que puede con todo desde pocas vueltas. Pero sobre todo, y lo que más llama la atención, es su gran precisión, que hace que al volante uno tenga la seguridad de que nunca puede fallar un cambio.
Eso sí, requiere un poco de fuerza, porque está algo duro, pero con una dureza que de verdad se agradece cuando se quiere ir deprisa y hacer una conducción ágil e incluso deportiva en una zona virada. Ese es su terreno ideal.
Y llegamos a su motor, que es un poco justo si nos subimos al coche pensando que es un buen BMW y que está sobrado de caballos como le ocurre a la mayor parte de los modelos de la marca bávara. No está sobrado de potencia ni de par, de ninguna manera, porque el Serie 1 es un coche pesado, pero ofrece un funcionamiento muy agradable y bastante rápido.
El motor es un cuatro cilindros de 1,6 litros, una cifra algo justa, pero que gracias al empleo del Twin Turbo consigue una entrega de par realmente espectacular. Y es que el par máximo, aunque algo justo en cuanto a su valor, por el tamaño del motor, en realidad ofrece un funcionamiento muy destacable. Y es que este par máximo está disponible desde las 1.350 rpm, desde poco más arriba del ralentí, hasta las 4.000 revoluciones.
Y gracias a este motor, y al buen escalonamiento de su cambio, este 116i tiene un funcionamiento realmente bueno, sin renunciar en ningún momento a esa deportividad que tienen sus hermanos mayores y que este lo tiene igual.
Además, y como todos los BMW de nueva factura, incorpora un selector del modo de conducción que en este caso ofrece tres posiciones diferentes, Sport para un uso más deportivo y acorde con las posibilidades del vehículo, un segundo modo de confort y un tercero en el que se premia el ahorro de combustible, el Eco. En cualquier caso el vehículo está bien equipado e incluye de serie el sistema Stop/start, que además proporciona un funcionamiento muy rápido en su accionamiento. Gracias a ello, y a la eficiencia de su motor por su baja cilindrada, esta versión el Serie 1 resulta bastante poco consumidora.
El valor homologado por la marca en el ciclo combinado es de 5,5 litros, que es una cifra muy buena si tenemos en cuenta que es un gasolina de funcionamiento bastante alegre. Durante nuestra prueba los consumos fluctuaban en torno a los 6,5 subiendo hasta superar los siete litros cuando usábamos un poco más el acelerador.
Por todo ello yo diría que este 116i es un BMW de verdad con todo lo bueno y lo malo que tiene. Lo bueno, pues su deportividad, su agilidad de marcha, su posición de conducción, el trabajo de sus suspensiones. Y en el lado malo, que también lo tiene, una posición de conducción demasiado baja, lo que hace que entrar o salir del coche sea un poco complicado.
Es un coche que combina comportamiento deportivo en carretera con un nivel de confort razonable, pero con más tendencia hacia la deportividad que al confort. Y en este sentido su conductor irá muy a gusto, sobre todo si va disfrutando al volante, pero los ocupantes no lo irán tanto por sus suspensiones muy firmes y deportivas, y también algo más secas.
No es por ello un coche para moverse mucho por la ciudad y hacer gestiones de forma confortable y tranquila, entrar y salir del coche, entrar en los parkings y demás, algo para lo que hay otros modelos más apropiados en el segmento, sino que es el vehículo de los que buscan una conducción más alegre.
En cuanto a su habitáculo, el modelo ha mejorado bastantes enteros con respecto a la primera generación del Serie 1. En el anterior, la banqueta del asiento trasero era muy poco utilizable porque solo iba a gusto el de la plaza central, ya que los de los extremos tenían que ir sentados en el paso de rueda, muy pronunciado. Y el otro aspecto en el que ha mejorado mucho es en el acceso a las plazas traseras, ya que mientras que el antecesor tenía una puerta muy pequeña, sobre todo en su parte inferior, el nuevo es bastante mejor y casi un coche normal.
Después de hacer cerca de mil kilómetros con este modelo la conclusión que he sacado es la de que se trata de un modelo 100% BMW, con el ADN de la marca que lleva la deportividad como principal argumento comercial frente a otros rivales que ofrecen, sin renunciar a cierta deportividad pero apuestan por un mayor confort, o una seguridad de marcha optimizada.
Además, este modelo de BMW, pese a tener una cifra de potencia algo justa para lo que son los modelos de la marca, en realidad es como un acicate para su conductor que al poco tiempo de empezar a conducir el modelo se ve animado, y casi diría hasta obligado, a hacer una conducción más rápida. 
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